sábado, 12 de junio de 2010

Cap IV: ¿Te ayudo?

Dibujos: Erii*

No me preocupé sobre qué le había pasado a Delia el día que le hice esa pregunta "un poco intimidante". Admito que me dio mucha curiosidad el "por qué" bajó del bus sin despedirse y por qué no me la había encontrado los siguientes días, sin embargo no me di el tiempo para buscarla y saber si le había molestado la pregunta. Como dije, lo normal era que no habláramos mucho en clase. Además, durante esos días, estaba más concentrado en otras cosas. Me dedicaba a pasar el tiempo con mis amigos, ir a jugar un partido de fútbol con ellos o, salir a pasear con varias de las amigas del "Loco". La verdad es que estaba descuidando un poco mis notas, mas luego pude recuperar el tiempo perdido.

Aquello que me hizo ver cuánto había bajado mis notas fue la entrega de un examen: un examen de Historia. Yo no necesitaba estudiar para Historia (sin dejar de ser modesto), siempre me gustó ese curso y cada examen me parecía demasiado fácil. Esto tal vez porque mi abuelo siempre me contaba cosas de Historia Universal cuando yo era pequeño. La cuestión es que me dieron el examen con un tremendo "CERO OCHO" en la parte superior derecha de la hoja. La profesora me miró como queriéndome decir: "¡¿Qué te está pasando?!", pero no llegó a decírmelo. Fui a recoger mi examen, me senté en mi carpeta y me negué a creer que había sacado esa nota. Lo peor de todo fue que ya había recibido antes tres exámenes así y no me había puesto a pensar lo mal que estaba yendo en el curso. Lo único que pude hacer en ese momento fue quedarme en mi carpeta y no salir al descanso. Estaba muy molesto. Hasta que, sorpresivamente, se escuchó una voz detrás mío.

-Oye, no estés molesto... Aún puedes mejorar.

Esa voz tímida pero con un acento de optimismo no podía ser otra más que la de Delia. Se había quedado también en el salón; al parecer todos los días acostumbraba a quedarse en el descanso.

-Hey... ¿Qué haces aquí? -le pregunté, mas calmado
-Dibujando... A veces me quedo aquí haciendo eso
-¿No te aburres? -le pregunté, confuso por su respuesta
-No... ¿Cómo voy a aburrirme de eso? Dibujar es lo que más me gusta.

Delia era una chica muy tranquila. Creo que nunca vi a Delia hacer alboroto con un gran grupo de chicas durante el descanso o bien, aprovechar ese tiempo para pintarse las uñas o leer revistas que todas las chicas de la clase leían. Es verdad que muchos la podían llamar "rara", pero yo prefería reemplazar ese adjetivo por especial. Me sorprendía los dibujos que hacía, simplemente eran lindos. Lo que más le gustaba dibujar era animales. Esa vez estaba dibujando un caballo con alas, algo fantasioso.

-¿Sacaste una muy baja nota? -me preguntó ella, mientras cogía un lápiz rosado para colorear las alas de ese "caballo volador" que había dibujado
-Sí pues -le contesté, resignado- Pero ahora sí me voy a poner a estudiar, me he distraído con tonterías
-¿Quieres que te ayude?

Delia hizo esa pregunta dejando atrás su usual timidez; lo dijo con mucha seguridad, mientras coloreaba su dibujo. Se la veía tranquila; de hecho, sin titubear a la hora de ofrecerme su ayuda.

-¡Claro! -le contesté, más animado- ¿Dónde, cuándo y cómo?
-Podemos quedarnos en el colegio después de clases durante algunos días -me dijo, cogiendo su dibujo y guardándolo en su bolso rosado-. Con una semana basta para ponerte al día sobre las clases que no has prestado mucha atención
-¡Está bien! -le contesté, con una sonrisa de oreja a oreja- ¿Empezamos hoy?

Ella se puso de pie, se colgó en el hombro su bolso rosado y me miró, haciendo un ademán de despedirse. Pero antes, respondió:

-Hoy tengo que hacer algunas cosas en casa... ¿Te parece si comenzamos mañana? -me preguntó, algo apresurada por irse
-Bueno, no hay problema... Oye -le dije, interrumpido por la curiosidad- ¿Y a dónde te vas? ¡En unos minutos nada más termina el descanso... !
-¡Ah! -respondió, después de un suspiro- Es que debo irme a casa porque luego tengo una cita en el dentista... ¡Hoy me cambian el color de los brackets!
-¿Ah sí? -le pregunté, con un tono de desánimo en mis palabras- ¡Qué bien... !
-¡Sí! ¡Siempre me los cambian cada dos meses! -dijo ella, más entusiasmada
-Ajá... -atiné a contestar, sin poder mostrar una sonrisa ante eso

Yo no tenía nada contra los brackets. Nadie tenía nada contra los brackets. Yo no tenía nada contra Delia... Y nadie tenía nada contra ella. El único fastidio o incomodidad que causaba a todos cuando ella hablaba de sus brackets era la emoción alborotante que colocaba en sus palabras. No entendíamos cómo le podía gustar tanto el hecho de tener brackets. Está bien, tampoco queríamos que se sintiera en una tortura al tenerlos... ¡Pero nos sentíamos un poco incómodos cuando ella comentaba, cada dos meses, que le cambiarían el color de sus brackets! A veces, preferíamos ver los tradicionales brackets de color acero antes que unos de colores muy pero MUY llamativos. Ella era como una niña: Delia sonreía feliz cada vez que estrenaba nuevo color de brackets. Era como una "niña inocente", todos la veían así.

-Bueno, me voy -dijo, atravesando la puerta del salón-. Cúidate, no olvides que mañana nos quedamos en el colegio... ¡Adiós!
-¡Adiós! -le respondí

Tocó el timbre y todos regresaron al salón después del descanso; pero el primero en entrar al salón fue "El Loco". Éste vio cómo Delia se había despedido de mi y cómo yo me había quedado solo en el salón después que ella se fuese; "El Loco" no demoró en molestarme y preguntarme que hacíamos los dos solos en el salón. Yo no hice caso a sus bromas: él siempre hacía lo mismo.

-Con que no pasa nada, ¿No? -me fastidiaba "El Loco", codéandome y tratando de hacerme reir
-¡No! Ella sólo me ayudará con Historia y ya... ¡Tarado... ! -le respondí, prestando mucha más atención a la clase.

Ese "Loco"... ¡Siempre tenía alguien con quién molestarme! Mas, cuando me molestaba con Delia, me parecía ridículo y me daba ganas de darle un golpe por pasarse de fastidioso. Delia era una persona agradable. Sí, Delia me caía muy bien... ¡Pero molestarme con ella era ya una exageración! Yo no era un "chico guapo", pero tenía algunos gustos muy "engreidos". Delia no era mi tipo... ¡Y no era porque tuviese brackets! No... No era porque tuviese brackets.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando buscas algo que no sabes,lo encuentras,bueno almenos yo encontre tu blog sin buscarlo.me gusto lo que escribiste, yo tambien lo ago,espero visites mi blog.Adios

Rosabel dijo...

Hey! gracias!
Ya visité tu blog
a decir verdad, leerlo me ha dado ganas de escribir poesías de nuevo, sin mentir :) me gusto lo q escribiste tb!