domingo, 31 de mayo de 2009

Quinceañera


Dulce princesa de las quince primaveras,
siento tu emoción por bajar las escaleras.
Hoy te toca ser la encantadora quinceañera,
cuantas quisieran tu lugar, dichosa cumpleañera.

Hoy el ambiente se va a vestir de gala,
porque la noche ha de ser de música y magia.
El salón pasará de blanco a multicolor
y habrá juventud en todo su espendor.

Mira tu vestido ¡Pero qué bonito está!
Es rosa de ternura, ¡Es rosa coral!
Decorado con brillo, un brillo lunar
y resalte tu belleza a la hora de bailar.

Pequeña amapola, todos ya te quieren ver
desean contemplar al capullo florecer.
Quinceañera bonita: ¡feliz cumpleaños otra vez!
¡Que hoy sea una gran noche y la mejor, tal vez!

jueves, 21 de mayo de 2009

...

I: ... Y asi fue como empezaste a gustarme
T: Mi turno: con el tiempo me he dado cuenta que tambien siento algo por ti y me gustaria que pueda ocurrir algo entre nosotros... No sé qué piensas...
I: Sii...

(...)

I: Podria venir a verte todos los dias!
T: De verdad?
I: En serio... si me lo permites

(...)

I: Eres bonita
T: Mientes...
I: De verdad...

(...)



Y tú... ¿Qué haces ahogándote en el lago del ayer?

lunes, 18 de mayo de 2009

El baile


Y un violín se queja con notas alborotadas
rompiendo el silencio estridente del salón.
La joven pareja corre a danzar la balada,
mucha vuelta y pirueta que no van con la canción.

Qué más dá si lo único que quieren es bailar,
su único deseo es rozar los cuerpos al compás.
Con mucha finura, con tanta elegancia...
la pareja al bailar intercambian miradas.

El vestido de ella es rojo como candela
y el terno del mozo es gris como la niebla.
Dos enamorados bajo luz de luna llena,
todos encantados contemplan la escena.

Cuando todo oscurece, la gente desparece:
Sólo queda la pareja bailando como quiere.
Acaba la canción y dos bocas han chocado,
los amantes se han de ir pero el amor ha empezado...

El Niño y la Nana


Niño de ojos azules, ¿Por qué esa carita?
¿Qué le sucede a la criatura más bonita?
¿Es gripa? ¿Acaso es un dolor de pancita?
¿Quiere usted que le traiga lechita?

Sólo cubre su rostro con sus pequeñas manitas,
no dice qué le duele y por qué esa lagrimita.
Niñito, ¿Le está ocultando algo a la nana?
¿Será que no confía más en esta pobre anciana?

Cada día más grande y menos risueño
¿Le ha llegado la pubertad a este pequeño?
Niño chiquito, chico niñito:
¿Quiere decirme qué está ocurriendo?

¡¿Que ya no le diga niño?! ¡¿Que ahora es jovencito?!
¡¿Que los juegos son pasado y las flores lo favorito?!
¿Entonces se acabaron los días de crayón?
¿No veré más a mi niño con sus figuras de acción?

Esta nana lo ha de comprender, al niño le llegó la hora de crecer.
Oso de felpa, almohadón multicolor: es hora de decirles 'adiós'.
¿Es posible que la nana vaya también al cajón?
Niño, digo joven, contésteme con la mano en el corazón...

¿Que soy su gran tesoro y no lo he de perder?
¿Que su nana es para siempre y vuestro amor también?
Jovencito pequeño, respuesta más bella nunca escuché,
¡le juro que este amor de madre es solo para usted!

Niño de ojos azules, ¡Está sonriendo otra vez!
¿Ve que la nana tenía el remedio para su bien?
Un beso en la frente porque ha de ir a descansar,
¡Hasta mañana juventud que acaba de empezar!

Aroma de Frutas



Siempre se trata de los detalles más extraños:
el color de una polera, degustar un helado,
el sentarse en las gradas, una canción de cumpleaños...
y el aroma de frutas...

No lo es tu fotografía y tampoco tu carta.
Es incluso salir en la tarde a solas,
cosas pequeñas que me recuerdan tu cara...
y el aroma de frutas...

No sueño contigo si imagino tus besos,
pero es el aroma de frutas... me mareo con tanta dulzura...
entonces yo te recuerdo, te pienso, te sueño...
y es el aroma de frutas...

Que el viento roba cual bendito perfume llevo conmigo,
porque otro olfato lo ha deber de disfrutar.
Frutas de colores y perfectos sabores,
complaced a otra boca sedienta de amar.

jueves, 14 de mayo de 2009

Hola



¡Hola ser humano cuya vida se unió a la mía hace un año y siete meses!

¡Hola pequeños ojos marrones que me sonrien regalándome felicidad!

¡Hola pequeños labios finos cuyo sabor no me canso de probar!

¡Hola suave cabello rizado que me dice: "acaríciame un poco más"!

Hola finas manos que las mías no han de soltar....

¡Hola vida mía que le otorgaste al amor un valor de verdad!

[...]

miércoles, 13 de mayo de 2009

Bonito encuentro


Estaba caminando apaciblemente por la calle de mi casa (disfrutando de un sabroso jugo de naranja comprado unos minutos antes en la tienda de la esquina) y me encuentro a una chica que camina a paso apurado. Entonces, ambas nos chocamos y no avanzamos hacia ningun lado. Ella se movía hacia la izquierda; yo, a la derecha. Yo me movia a la izquierda; ella, a la derecha. En otras palabras: ¡No llegaba el momento en que alguna de las dos pudiera continuar con su camino!

En seguida, yo di un gran paso a la derecha, evitando que ella haga lo mismo, y logramos salir del 'insignificante y ridículo problema'. Ella sonrió y soltó una pequeña risa que me animó a responderle con el mismo gesto. (=D)

Es interesante comparar como las personas respondemos a ciertos eventos según nuestra forma de ser, estado de ánimo o la influencia de otros. Me ha pasado esto, creo, más de diez veces y lo primero que hace la mayoría es dibujar una línea de amargura en su rostro o bien, de fastidio. En mis adentros pienso: "¿Ahora 'la sonrisa' tiene un precio?"

Sin embargo, pensándolo mejor, tampoco se puede juzgar. Quién sabe si alguna de ellas acaba de pasar por un momento desagradable y lo último que quiere es perder el tiempo en la calle con un extraño al no ponerse de acuerdo hacia donde caminar sin que se choquen. No obstante, consejo de un conejo: No nos molestemos facilmente. Tal vez gracias a aquel 'desgaste de tiempo' en la calle, nos estemos librando de algún accidente o algo peligroso.


"Nunca dejes de sonreir, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa" G.Garcia Marquez

domingo, 10 de mayo de 2009

El gran viaje


El ómnibus comienza su viaje un martes por la tarde,
es verano pero el cielo rebelde está vistiendo de gris.
Mi asiento da a la ventana y todo el paisaje he de contemplar.
Empiezan las veinticuatro horas rumbo a la sierra de mi país.

Puedo distinguir el olor insoportable de la contaminación
"aún me encuentro en la capital", digo yo.
Por la ventana observo arenales que parecen nunca acabar.
enorme infinidad que te atrapa con mirar

Voy cerrando los ojos pero despierto de a pocos,
es difícil descansar si ansías verlo todo.
Finalmente recuesto mi cabeza y me quedo dormida,
aunque el miedo me aceche con si despertaré viva

Abro los ojos y hemos llegado al norte del Perú,
el cielo decidió sonreír con un sol entre nubes,
la alegría, el calor y el furor se sienten aun sin bajar del bus.
Quisiera detenerme pero mi destino está lejos aún

Primera parada para la comida del medio día,
algo pequeño porque no hay mucho apetito,
sólo siento las ganas continuar con nuestra ida:
Llegar a la meta de este viaje infinito

Los nervios atormentan todo mi cuerpo,
estamos transitando por el precipicio de un cerro.
La neblina dificulta el horrible camino
¿como sería si cayéramos?, imagino

De repente, el sol ha vuelto a aparecer,
entre los pasajeros la tranquilidad se puede oler.
¿Y por qué asustarse con un cerrito así... ?
Hay cosas más temibles en un viaje por mi país

Grandes rayos de sol los que caen sobre el bus,
cantos de personas alegres y un ambiente tropical:
Hemos llegado a la selva peruana y ya quiero bajar,
mas me avisan que este todavía no es el lugar

El atardecer nos saluda con un poco de lluvia,
el verdor llena toda la vista que se pueda apreciar,
ahora es un río el que vamos a bordear
tan cerca de perder el equilibrio... no pienso mirar ni un poquito...

¿Qué más me depara este sitio? ¿Mucho miedo y mas frío?
todos empiezan a desempacar, el ómnibus se ha detenido.
Está claro: es el final de un viaje arduo y de peligro.
Entonces es que me dicen: aún falta descender otro cerrito....

Me encuentro en un taxi para media hora más de viaje,
todo está oscuro y el conductor se guia de las luces de adelante.
Las plantas se mueven escandalosamente por la fuerza del viento,
cada vez menos altura y poco a poco se termina el gran cerro.

Nos recibe la familia dándonos la bienvenida,
los costeños han llegado a su punto de llegada.
El viento sopla en mi cara y me repite: "bienvenida".
¡Estoy en casa! ¡En Perú! Mi patria querida.