viernes, 14 de enero de 2011

Cap XX: Delia también me parece una chica bonita


-¿Crees que puedas ayudarme? -le pregunté a mi madre, mientras me sentaba en el filo de mi cama
-Claro que puedo -dijo ella, sentándose a mi lado-. Haré mi mejor intento... te lo prometo.
-Bien -dije, soltando un suspiro al aire-. Creo que debería comenzar diciéndote que nunca imaginé que Delia se iba a volver tan importante para mi -al decir esto, sentí cómo la sangre subía rápidamente hacia mis mejillas, mis brazos, en fin... todo mi cuerpo. Me avergoncé.

-No te incomodes, yo te entiendo -dijo mamá
-¿Entiendes? ¿Sabes cómo se siente que te guste tu mejor amiga?
-No sé qué se siente enamorarse de una 'mejor amiga' pero sí de un 'mejor amigo' -contestó mamá, colocando su brazo en mi hombro-. Mi mejor amigo era tu papá. Y si bien el romance no duró como lo esperamos, fue la primera y única vez que me he enamoré de verdad... -sus ojos parecían humedecerse un poco-. Conste que estoy siendo totalmente sincera contigo para que entiendas que me coloco en tu lugar...

Que mi mamá mencionara el caso de ella y mi padre me distrajo un poco de lo que yo quería decirle realmente. Mamá casi nunca mencionaba a papá, salvo para quejarse de que este no mandaba el dinero de manutención. Papá y mamá fueron mejores amigos en la universidad, eso yo ya lo sabía. Papá y mamá, después de una larga amistad, se unieron sólo por cuatro años cortos de matrimonio. Eso también lo sabía yo. Lo que me demoré en saber (pero que al fin de cuentas logré enterarme) fue que ellos dos se divorciaron y su relación de mejores amigos se fue al tacho de basura. ¿Qué iba a pasar si a Delia y a mi nos ocurría lo mismo? Si yo le decía a Delia que me gustaba, de repente algún día podíamos pelear y nunca más volver a ser los mismos. No era lo que yo quería para nuestra amistad. Lo que menos quería era acabar como terminaron mi mamá y mi papá.

-... Da un poco de miedo -dije al aire
-¿Te da miedo que se estropee tu amistad con Delia si es que le dices que te gusta? -me preguntó mamá
-... Sí, ¿Cómo sabes? -respondí confundido
-Es muy normal -contestó mamá-. Tu padre me contó que también tenía miedo de lo mismo... ¿Pero sabes? Tu padre se atrevió e igual me dijo para estar juntos.
-... Pero toda su amistad de grandes amigos se fue directo a un barranco -dije, sin ánimos
-Era algo que ninguno de los dos sabía que iba a ocurrir, hijo -contestó mamá- ¿Acaso vas a estar pensando todo el tiempo qué es lo que el futuro tiene preparado para ti? No es así como funciona... Vive tu presente y déjate de temores...
-Pero yo no quiero dejar de ser mejor amigo de Delia -reproché
-¿Quién dice que dejarás de serlo? -me preguntó mamá, mirándome con sus ojos muy expresivos- Estás muy chiquillo para estar preocupándote por lo que pase luego, hijo... Sólo atrévete.

Pensé una o dos tres veces lo último que mi mamá dijo. "Sólo atrévete"... ¡Claro! La vida es una sola y yo debía decirle a Delia lo que sentía por ella... ¡Todo parecía tan fácil! ... hasta que me acordé de otra cosa que me perturbaba: el "qué dirán"...

-¿Tú crees que Delia es simpática? -le pregunté a mamá
-Mmm... Es simpática, por supuesto -contestó-. No he hablado lo suficiente con ella pero parece ser una chica educada, inteligente y respetuosa...
-No mamá, no me refiero a eso... -le dije, tapándome un ojo con la mano
-¿Entonces?
-Me refiero a que...
-¿... Si es bonita? -completó la frase mamá
-Sí... -respondí avergonzado, otra vez
-Bueno... ¿Qué crees tú que significa bonita? -preguntó mamá
-Mamá no vale contestar con una pregunta... -le dije
-Aún no contesto... Sólo quiero que me respondas eso, nada más
-Hmm... -pensé- No sé... -balbuceé- una chica bonita sería una chica con ojos bonitos, cabello bonito, carácter bonito...?
-¿Pero qué es bonito para ti? -preguntó de nuevo mamá
-Caray, mamá... -rasqué mi cabeza- ¡No sé! Bonito es algo que a mis ojos les guste mirar y ya... Simplemente que me agrade...
-¿Delia te agrada? -volvió a preguntar
-Sí... parece que sí... -respondí
-¿Parece? ¿Por qué "parece"?

Abrí y cerré mis ojos unas tres veces seguidas, moví mis manos de diferentes formas como suelo hacer cuando estoy nervioso y me rasqué la cabeza una segunda vez.

-Yo sé que es extraño, mamá, pero Delia me parece bonita de alguna forma... Sé que es difícil entenderlo con esos brackets grandes y coloridos que lleva en su boca, con ese cabello algo rebelde y con esos lentes que la hacen parecerse a la tía Mariana... -suspiré, cansado de hablar tan rápido- Pero Delia me gusta... de alguna forma me gusta y ya.
-¿Te gusta mucho o te gusta poco?
-Mamá... no sé... es incómodo hablar de esto...
-Me voy, si deseas... -dijo mamá, haciendo un aplauso sin sonido como los que hacía ella cuando terminaba una acción
-No, no, no -la detuve-. ¡Delia me gusta mucho! ... De repente no es la chica más bonita de todas pero siento que no puedo dejar de ver su sonrisa sin que me alegre o que no puedo dejar de escuchar su voz sin que me sienta bien... Es simple... ¡Pasan los días y quiero verla más!
-O sea, te gusta verla... dijo mamá
-Sí, me gusta verla -respondí- A ella y a sus brackets, su cabello desordenado, sus lentes grandes, su vocecita suave... ¡Todo! aunque parezca difícil creerlo...
-Entonces de verdad te gusta Delia, hijo mío -sonrió mamá- Tú sólo te has respondido.
-Sí, mamá... Parece que recién acabo de darme cuenta -le contesté
-¿Y por qué es difícil de creerlo? ¿Tú tampoco lo podías creer? -preguntó mamá
-No, no lo podía creer... -respondí

Delia me gustaba. Listo, ya lo había comprendido. Incluso sentía celos de ella y su "amigo el rockero" en ese momento: era una señal de que Delia me gustaba, mucho más que una simple amiga. Pero, ¿El resto lo entendería? ¿Se acuerdan de la 'Lista Federal', no? Esta lista agrupaba a todas las chicas del salón en el orden de su belleza y el único jurado éramos nosotros: los hombres del salón. Delia era la última en la lista de las chicas "más bonitas" (si es que los chicos de mi salón podían nombrar a Delia como "bonita"). Dentro de mi inmadurez, yo entendía que estaba comportándome un poco estúpido al interesarme tanto por lo que pensara el resto; pero aún no estaba completamente maduro como para entenderlo a un cien por ciento. Felizmente, para aclarar mis ideas desordenadas, se encontraba mamá.

-Los chicos del salón la consideran fea... -le dije a mamá
-¿Por sus brackets? ¿No es un poco tonto eso? -preguntó
-No es sólo por eso... -dije- es decir, sus brackets son muy extravagantes... llenos de color y con un tamaño extra jumbo, sus lentes son tan enormes que casi no puedes ver sus ojos... Creo que esconde tanto detrás de muchas cosas en la cara...
-Pero tú la ves bonita, a pesar de eso... -dijo mamá
-Sí... -asentí
-Eso es lo único que importa, hijo... Tienes que aprender a no dejarte llevar por lo que piensa el resto.
-Un poco difícil... -suspiré- los amigos siempre están ahí para dar su opinión sobre todo...
-Así te darás cuenta de quiénes son tus verdaderos amigos, hijo. Tienen que respetar lo que pienses, lo que creas y lo que te guste -mamá hizo una pausa- ¿Te digo un secreto?
-¿Cuál? -pregunté
-A mi también me parece que Delia es una chica bonita.
-¿Lo dices por decir? -pregunté, desconfiado como algunas veces
-No, lo digo en serio -mamá sonrió- de repente sucede que ya puedes apreciar la belleza de verdad, igual que tu madre...
-Sí... -respondí, sonriendo y sintiendo que mis mejillas estaban calientes

Mamá se puso de pie, me dio un beso en la frente y se retiró de mi cuarto. Yo ya me sentía mejor: mi mamá era una genio. "¿Por qué las madres lo saben TODO?" me preguntaba a mi mismo (esta es una pregunta que aún no consigo responder). Ya estaba feliz. Ya estaba convencido. Ahora sólo quedaba una cosa por hacer antes de ir a decirle a Delia lo que yo sentía por ella: disculparme con "El Loco", pues me había comportado mal con él. Tomé teléfono y lo llamé: dos amigos comenzaron a conversar.