domingo, 9 de mayo de 2010

Me gustaría saber...

Me gustaría saber si puede pasar algo entre nosotros

Nos conocimos de niños, pero ninguno recordaba la cara del otro después de ocho años. El reencuentro fue a los quince: totalmente extraño. Agarramos la confianza por conversaciones virtuales y la cantidad de mensajes que nos mandábamos al móvil. Surgió un cariño mutuo, aunque yo fui la primera que empezó a quererlo de una forma especial. Iba a cumplirse un año de haber sido amigos "virtuales" (con dos encuentros en persona) hasta que toda la amistad se convirtió en algo más.

Quedamos para que él pudiera venir a mi casa antes de sus clases de inglés. La hora citada fue a las cinco. Yo me puse una polera azul (creo que pude verme mejor), un jean viejo que me gusta (¡Oh! ¡Lo tengo puesto ahora!) y el cabello amarrado en dos colas. Tenía la típica pinta de niña buena: así me recuerdo cuando visualizo ese día en mi mente. Él, me parece, tenía una polera blanca y traía consigo su mochila. Cuando dieron las cinco, el timbre sonó: era él.

Hablamos, hablamos y hablamos... Mas no recuerdo exactamente de qué... Recuerdo lo más especial de todo: su declaración. Yo le había dicho antes que él me gustaba. Sé que puede sonar un poco "arrebatado", pero se lo dije porque tenía mucha confianza con él. No sabía si iba a pasar algo entre nosotros mas eso no me importaba en tal momento: él solo me gustaba... y con eso yo estaba feliz.

Me miró y me dijo que empezó a sentir lo mismo que yo. Él deseaba saber si podía "pasar algo entre nosotros". Yo, recuerdo, miraba al cielo mientras él me decía eso. No me olvido por nada del mundo cómo se veía el cielo: su color era el mismo... pero habían muchos pajaritos (palomas grises, está bien, pero muchas) volando en él. Sentí una sensación de plenitud al verlos volar. Lo miré y le dije que sí. En seguida, lo abracé y le di un beso.

¡Pensar que esto sucedió hace 31 meses!

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