domingo, 9 de mayo de 2010

"¡Amiga!" "¡Hermana!" ( ... solo por un tiempo)

"¡Amiga!" "¡Hermana!" ( ... solo por un tiempo)

Durante toda mi vida he creído que cultivar una amistad es un trabajo honorable. Una amistad necesita el interés mutuo de preocuparse por el otro, la falta de envidia, la falta de egoísimo y la presencia de fidelidad. Para mi, la amistad es una de las cosas más maravillosas con las que puede contar uno. Yo, cuando era niña, tuve dificultad para conseguir amigas en mi colegio. Tal vez por eso valore bastante a los amigos y amigas que tengo ahora. O simplemente, valoro mucho a lo que quiero realmente.

A pesar de todo, debo reconocer que me he equivocado muchas veces. A veces metí la pata diciendo algo que no debí, no me preocupé por saber cómo estaba esa amiga después de un problema, no visité lo suficiente a la amiga que siempre estuvo ahí para mi... No me di el tiempo suficiente para cultivar aquella amistad que de verdad valía la pena. Sí, yo he hecho varios de estos errores. Pero, gracias a Dios, me di cuenta de ellos y pienso que ahora valoro mucho más la amistad.

He tenido amigas de todos los tipos: las que se interesan por ti, las que no se preocupan ni en preguntarte "¿Cómo estás?", las que te saludan más de tres veces al día, las que te saludan solo cuando quieren, las que están para aconsejar y para pedir consejos, las que están solo para pedir consejos y en cuestión de ayudar no están, las que se hacen llamar tus mejores amigas y lo siguen siendo eternamente, las que se hacen llamar tus mejores amigas pero no se acuerdan de ni tu cumpleaños, las que aprecian lo bueno que puedas lograr, las que te envidian escondidamente, las que te dicen la verdad, las que hablan a tus espaldas, las que son amigas siempre y las que son amigas solo los fines de semana. Sí, he tenido todo este tipo de amigas. Gracias a todas ellas, tengo una reliquia de cosas por recordar y contar. Digo "amigas" porque mi colegio fue de mujeres, así que en todo este tiempo la mayoría de mis amistades han sido del género femenino. Aparte, son de ellas de las que tengo la mayor parte de recuerdos.

Solo me queda decir: No confíes facilmente. Creo que he regalado mi amistad a personas que nunca valieron la pena; pienso que esperé mucho de gente que jamás se tomó en serio la palabra "amigas". Debo decir también que no soy el tipo de persona que reclama que se preocupen por ella cuando ella no lo hace por el resto. Me veo con el derecho de decir esto porque soy consciente de todo lo que di en varias de las amistades que ahora ya no funcionan. Es momento de decir BASTA... las amigas que estuvieron y no están ahora, nunca fueron amigas.

¿Por qué recordé esto? Seguro estuve viendo unas fotos... Seguro estuve leyendo unas cartas... Quién sabe... No es necesario ver una foto o leer una carta para acordarse de las amistades fallidas. Si fueron mis amigas alguna vez, las recuerdo siempre. Asi ustedes hayan borrado mi nombre de su lista de recuerdos.

No hay comentarios: