miércoles, 3 de marzo de 2010

Voluntariado (parte I)

(OJO: primer dibujillo en PAINT)

El año pasado llegó una feria de voluntariado a mi universidad. Yo estaba buscando ingresar a un voluntariado desde que comenzó enero de ese año, solo que no encontraba el indicado o bien, no sabía cómo buscar más. Me enteré de uno pero lastimosamente no llamó mi atención: Me exigían una capacitación de horario medio pesado, me llamaron como dos veces para confirmar mi asistencia... ¡Me sentí presionada! Sin duda, no me agradó. Felizmente, me enteré que se daría la segunda feria de voluntariado en la PUCP, así que fui sin pensarlo dos veces.

Recuerdo que salí de mi casa tarde (sí, gran defecto mío: soy muy tardona) y justo estaba en época de parciales... Tenía que ir a estudiar a la biblioteca antes del parcial, si no me equivoco el parcial comenzaba a las cuatro y yo llegué tres y media a la universidad. Casi no iba a ir a la feria, pero "por si las moscas" fui. Ya casi no había nadie: Poca gente se asomaba a escuchar las primeras palabras de las presentadoras de cada voluntariado y se quedaban unos segundos para agarrar los folletos informativos. Yo vi todos los voluntariados de lejos y recuerdo muy bien que elegí a donde ir por una simple cuestión de azar. Dije: "A ver... ¡Iré a la carpa de voluntariado que está al centro!", entonces hacia ahí me dirigí.

Éramos unas cuatro o tres chicas escuchando. Las que exponían eran dos señoras: una de cabello rizado y otra de ojos azules, más alta que la primera. En los lados de su carpa tenían fotos pegadas. Yo me puse a verlas... Habían niñitos en sus cunas sonriéndole a un muñeco de sombrero azul del que luego me enteré se llamaba "Pipo"... ¡Eran enternecedoras las fotos! Las dos señoras, una por una, hablaban del servicio qué hácían: los hospitales en qué ayudaban, en qué consistía la ayuda, etc... Hasta que mostraron una ficha de inscripción por si nos animábamos a ir a una visita guiada y luego, si deseabamos, empezar la obra voluntaria. Dijeron de que recién habían iniciado el voluntariado en el Hospital del Niño... ¡Yo me alegré! El INSN quedaba no tan lejos de mi casa, así que me pareció una buena opción. Puse mi nombre en la ficha de inscripción y luego me fui a estudiar en la biblioteca. De paso, agarré un folleto y en el camino estuve mirándolo detenidamente. Recuerdo que en mi casa no dejaba de mirarlo porque me emocionaba el hecho de poder ir a un Hospital y hacer el voluntariado que siempre quería hacer. Aunque en ese momento también temía que pasara lo mismo que con el primero que se me presentó.

Al siguiente día (o no recuerdo bien si después de dos días), recibí el correo de la Coordinadora invitándonos a ir el día que querramos para la visita guiada al Hospital del Niño. Yo había apuntado como mi día libre "lunes", así que tuve que esperar una semana para poder ir.

Al llegar al Hospital, recibí las indicaciones de la Coordinadora (por celular) de cruzar el patio central y dirigirme a la derecha, donde estaba "La Casita de Juegos" (lugar donde están todos los juguetes que se llevan a las salas del Hospital). La Coordinadora me abrió la puerta y me recibió con una enorme sonrisa. Era alta, delgada y de cabello rizado como la señorita que expuso en la feria de voluntariado. Me invitó a pasar y fuimos hacia la parte donde guardan los libros. Ahí estaba una voluntaria ordenando varios libros en el armario. La Coordinadora le pidió como favor que me diera la visita guiada por las salas donde hacen el servicio de voluntariado: empezó la aventura.

Fui con la voluntaria a visitar, desde afuera, cada sala donde ayudaban. Fuimos a Neumología, Medicina D e Infectología. Ella me iba contando que era una experiencia muy bonita ser voluntaria y que con las grandes ganas de ayudar, te olvidas de los miedos a enfermarte y entre otros... (esto me lo díjo especialmente a mi, que soy campeona en enfermarme rápido). Cuando terminó la visita guiada, regresamos a la Casita de Juegos y la Coordinadora me dijo que sí era de mi agrado la obra que realizaban, podía participar desde el lunes siguiente. Yo accedí encantada: RECIÉN COMENZABA LA AVENTURA...

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