miércoles, 28 de octubre de 2009

Fruto de vida


Te veías precioso.
Tu piel era suavísima como mismo algodón pima
y esto lo sentía cuando besaba tus mejillas.

Te veías pequeño.
Podías caber en una sola de mis manos y cuando
estabas en mis brazos sobraba aún espacio.

Te veías dulce.
Tus ojos cerrados eran expresión de ternura
y tu boca tan fina derramaba dulzura.

Te sostuve y te miré,
no había ser más lindo al que en mi vida contemplé.
Podía afirmar que eras de lo visto lo más bello,
asi fueras traído recién de los cielos.

Porque tú eras un ángel, viniste del cielo
y llegaste a la vida para ser mi pequeño.
Y te abracé. Te miré y pensé de inmediato...
que no había nadie a quien yo amara tanto.

Sentía amor. Un amor no antes conocido,
un amor que no poseía un fin ni condiciones,
un amor que no buscaba justificaciones.
Un amor que no puedo sentir ahora,
un amor que solo ha quedado en mi memoria.

Porque fuiste un sueño. Eso has sido: un sueño.
Desperté y no te encontré, eras parte de mi sueño.
Algún día nos conoceremos... algún día muy lejano
te cargaré, abrazaré y sin pensarlo dos veces yo diré "Te amo."

No hay comentarios: